Dengue: identifican por primera vez en el AMBA poblaciones de mosquitos resistentes a los insecticidas
Un estudio de investigadoras del CONICET confirmó la presencia de mutaciones genéticas que los hacen tolerantes a dosis normalmente letales.

Una investigación de científicas del CONICET publicada en la revista Parasites & Vectors comprueba que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y dos localidades de Salta y Jujuy están habitadas por mosquitos de una especie que acarrea mutaciones genéticas que les permiten evadir los efectos de los venenos.
Ya existía la sospecha y ahora fue confirmada: buena parte del territorio argentino tiene circulación de mosquitos Aedes aegypti -transmisor del virus del dengue– resistentes a las fumigaciones con un tipo de insecticidas conocidos como piretroides. Estos químicos «atacan una proteína ubicada en las membranas de las neuronas, a las cuales estimulan hasta provocarles parálisis o la muerte», explicaron desde el CONICET.
Según informaron las investigadoras, hay tres variedades genéticas en estos mosquitos. «El sensible, es decir el de aquellos individuos que son alcanzados por el efecto del insecticida y mueren por volteo; el R1, que tiene una mutación que los hace resistentes pero en un nivel bajo; y el R2, que presenta dos mutaciones y se asocia a una resistencia alta», explica Sheila Ons, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Neurobiología de Insectos vinculado al Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA, CONICET-UNLP- asociado a CICPBA).

“En los asentamientos urbanos del Gran Buenos Aires encontramos poblaciones R1, que en muchos municipios incluso superan en cantidad a las sensibles. La situación en el NOA es más complicada: allí detectamos grupos R2”, alerta Ons, principal autora del estudio en diálogo con prensa CONICET.
“Estos resultados se suman a lo que ya se sabe sobre la biología de los insectos transmisores de organismos causantes de enfermedades, y todo se informa a las autoridades de salud para que lo tengan en cuenta al momento de diseñar estrategias de control: una vez que se encuentran resistencias, hay que repensar las campañas y analizar la posibilidad de alternar los insecticidas químicos con métodos biológicos, trampas-cebo, entre otras”, describe María Victoria Micieli, investigadora del CONICET, directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET-UNLP- asociado a CICPBA) y otra de las autoras de la investigación.